La mujer lleva años sometida a imposiciones ideológicas sobre lo que debe ser y coartada para poder elegir en verdadera libertad y así alcanzar la plenitud de lo que está llamada a ser. Rescatar la belleza de las cualidades femeninas es el reto actual para poder colaborar activamente tanto en la protección de la familia como en la mejora de la sociedad, de forma que esa aportación sea verdaderamente reflejo del don que es para el hombre, para el hijo, y para el mundo.