La pornografía, de fácil acceso para adolescentes, expone a escenas de violencia y ausencia de afecto o consentimiento. El inicio temprano (8 años en promedio en España) aumenta el riesgo de un uso problemático, con efectos negativos personales, emocionales y sociales. Factores como baja autoestima, mala comunicación familiar o presión de los pares influyen en su consumo. Las consecuencias incluyen actitudes sexuales permisivas, relaciones de riesgo, problemas académicos y emocionales.
La prevención requiere educación sexual integral, acompañamiento familiar y un uso responsable de la tecnología